El poeta Tomàs Garcés apunta en sus memorias: “Un día, en el grupo del Adlan, apareció la figura elegantísima, y bella, de Nadia Sokolova. Sindreu, que parecía su chevalier sirviente, debió saber de dónde salió. Sonriente y discreta, la rusa Sokolova escribía versos en francés. Eran unos versos murmurados y claros, a la manera de un Paul Éluard elemental”.
Nadia Sokolova había llegado a Barcelona hacia 1931, daba clases en La Salle Josepets de Gràcia, hacía poesía y se la vinculaba al grupo de Amics de l’Art Nou ( Adlan), pero poca cosa más se sabía hasta ahora. Entre otras cosas, porque como explica en un artículo otra poeta, Carles Sindreu: “Un buen día desapareció de Barcelona, iba a Estados Unidos, a casarse, probablemente con un ingeniero, o con un hombre rico. Como la Ben Plantada, como la Haidé de Maragall, o la amada secreta de Gaudí, nos dejó para siempre. Las fiestas de Adlan sufrieron. Añoraban la claridad eslava de sus ojos. Y en su nuevo país, los zorros plateados debieron luchar por ella”.
Tras la marcha a Estados Unidos
Joan Miró preguntó por carta a su galerista Joan Prats donde estaba Nadia
No era el único que de repente notaba su ausencia. El siempre discreto Joan Miró dirigía el 26 de julio de 1935 una carta desde su retiro de Montroig al galerista Joan Prats y le preguntaba directamente: “¿En qué rediablos quedamos, es que la Nadia está ya en New York o todavía no se ha movido de los Josepets?”.
A finales de abril
Josep Miquel Garcia publicará un estudio biográfico de Nadia y sus poemas inéditos
Su fulgurante aparición, como su misteriosa desaparición, han interesando desde hace tiempo al historiador del arte y actual director de la Fundación Apel·les Fenosa en El Vendrell, Josep Miquel Garcia. “Era una pista perdida y hemos podido desvelar algunos aspectos oscuros de su biografía y deshacer errores como el de su participación en una exposición logicofobista de 1935”, explica Josep Miquel Garcia. Y ahora tras casi diez años de investigación da a conocer datos inéditos en el marco de una exposición en la fundación en El Vendrell, que se hará entre finales de abril y el verano, dedicada a la pintora Montserrat Fargas, compañera de Apel·les Fenosa entre 1930 y 1939 y amiga también de Nadia. Y como las dos tienen suficiente personalidad propia se acompañará de un doble catálogo con sus biografías.
La versión de Wikipedia
Hasta ahora se creía que era hija de unos bailarines rusos y había nacido en Sao Paulo
En realidad su nombre real era Nadiejda Sokoloff y nació en Biarritz el 8 de septiembre de 1911. Su padre era un destacado físico ruso, Alexei Petròvitx Sokolov, qué debido a una grave operación se fue a Francia a realizar el proceso de rehabilitación. Allí conoce a Marie Madeleine Ernestine Ternat, de 33 años, hija de padre desconocido, que ya tenía otro hijo, y la deja embarazada. Sokolov reconoció a su hija pero un año después los abandonó y volvió a Moscú. Si se consulta la Wikipedia, aparece como hija de unos bailarines rusos, nacida en Sao Paulo durante una gira.
La pintora Montserrat Fargas, compañera de Apel·les Fenosa y gran amiga de Nadia, tendrá una exposición en El Vendrell
Nada más, sin embargo, se ha sabido de la juventud de Nadia, excepto que con 11 años gana un concurso de redacción para los lectores de Le Petit Figaro. Y consta que vive en Neully-sur-Seine, probablemente con una tía. La siguiente noticia nos la sitúa ya en Barcelona, en 1931, con apenas veinte años.
La amistad con el artista
El pintor Joan Miró le dio los contactos de Hemingway, Matisse y Léger en Nueva York
Nadia se instala en la avenida República Argentina y pronto se encuentra ejerciendo la docencia en La Salle Josepets. Conoce a Carles Sindreu y –según Josep Miquel Garcia- es él quien la conecta con músicos y compositores como Robert Gerhard, Ronald Schönberg, Adolph Weiss, Béla Rózsa y Edgard Varèse. Este último había venido a Barcelona con la intención de crear lo que llamaba la IV Internacional de las Artes, un proyecto que no salió bien. Pero Nadia participa también en actividades del Adlan y se relaciona con algunos de sus integrantes como el fotógrafo Joaquim Gomis, el galerista Joan Prats o el pianista Francesc Montserrat.
Una confusión recurrente es decir que participó en enero de 1935 en una exposición en la joyería Roca, el establecimiento del paseo de Gràcia diseñado por Josep Lluís Sert, organizada por Adlan, porque así consta en las hojas de publicidad. Pero es de Valia Sokolova, a quien la propia poeta llama su “hermana”, por la similitud de sus apellidos.
Valia es una cantante también de origen ruso de quien se sabe que en mayo de 1931 da un recital de canciones acompañada al piano por Josep Caminals en la sala Mozart de Barcelona. Pero también pintaba y fue Nadia quien la ayudó en esta exposición en la joyería Roca donde presentó 17 obras, de las cuales solo se conoce una.
LA MUSA DESAPARECIDA
Carles Sindreu: “Las fiestas de Adlan añoraban la claridad eslava de sus ojos”
Nadia publicó dos poemas en La Publicitat , traducidos por Sindreu, y en enero de 1936 aparece otro en francés en la revista Quaderns de Poesia (más tarde traducido por Sánchez-Juan) que se inicia con estos versos: “ Je voudrais te dire des mots si doux / que tu en perdes la mémoire . Pero cuando se publica, ella ya se encuentra en Nueva York. En la documentación que hace constar en el trayecto en el barco Marqués de Comillas que la lleva a Nueva York dice que tiene 23 años, que habla español, francés e inglés, y tiene como contactos allí al fotógrafo Man Ray y al ingeniero ruso Vladimir Tihonoff, con quien se casará al cabo de poco. Joan Miró le ha facilitado una serie de contactos, lo que demuestra que el pintor ya tenía allí todo un círculo de relaciones, antes del reconocimiento que después tuvo Salvador Dalí.
“Os quería dar las gracias de nuevo por la gentileza con que me habéis introducido en los círculos de vuestros amigos”, le dice Nadia por carta a Miró. Entre los contactos le cita al músico George Antheil, los pintores Henri Matisse y Fernand Léger y el escritor Ernest Hemingway, pese a que de este último afirma que “no he tenido el placer de encontrarlo, ya que se pasa todo el tiempo viajando.” Miró y Hemingway se habían conocido en Paris e incluso hacían ejercicio juntos, compartiendo su afición por el boxeo.
Joan Miró propuso, ya en plena guerra civil, a J.V. Foix que Nadia le podía traducir sus poemas al inglés. Y en paralelo ella hacía gestiones en Nueva York para que pudiese exponer allí su “hermana” Valía.
Ni hermana, ni parienta
Valia Sokolova, que expone a la joyería Roca en 1935, era una cantante amiga suya
A partir de aquí el rastro de Nadia se vuelve a perder. Se separa de su marido y vuelve a Europa. Se anuncia la publicación de un libro con sus poesías en Francia, con prólogo de Jean Cassou, pero el estallido de la Segunda Guerra Mundial la devuelve al anonimato. Hasta que en 1956 se casa con un aristócrata alemán, el conde Paul Franz Schönborn-Buchheim. Se instalan en Corrèze, en el centro de Francia, donde llevarán una vida discreta y no dan señales de actividad literaria ni cultural. El conde muere en 1984 y ella no lo hará hasta el 2004, tras pasar los últimos años de su vida, sola, en una residencia.
“Lluvia de silencio / el silencio llora / I yo lloro con él...”. Este poema suyo que salió en La Publicitat en 1935 quizá anticipaba ya el silencio que tenía que acompañar su vida futura.
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