San Lorenzo de Brindis. Predicador Capuchino. Doctor de la Iglesia

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San Lorenzo de Brindis ejerció el ministerio de la predicación. Cumplió cada asignación con sencillez y humildad y reconcilió naciones enfrentadas

San Lorenzo de Brindisi, fue un sacerdote franciscano capuchino quien era muy erudito, administrador, predicador y amante de los pobres. Tuvo una gran devoción a la Inmaculada Madre de Dios y fue el primero en escribir sobre todos los aspectos de la teología que se refieren a la Santísima Virgen. Llegó a ser Doctor de la Iglesia Fiesta: 21 de julio Martirologio romano: San Lorenzo de Brindis, presbítero y doctor de la Iglesia quien ingresó en la Orden de los Frailes Menores Capuchinos, ejerció sin descanso en las regiones de Europa, el ministerio de la predicación. Cumplió cada asignación con sencillez y humildad en la defensa de la Iglesia contra los infieles, para reconciliar entre sí a los poderosos reinados que se encontraban enfrentados, cuidando con gran celo el gobierno de su Orden. Murió el 22 de julio murió en Lisboa, Portugal. Biografia de San Lorenzo San Lorenzo nació en Brindisi, en el reino de Nápoles, Italia, el 22 de julio 1559, y fue llamado con el nombre de César de Rossi. Perdió a su padre cuando era niño y su madre cuando llegó a ser un adolescente. A los 14 años se trasladó a Venecia por orden de un tío que era sacerdote, donde continuó sus estudios y desarrolló la vocación a la Orden de los Capuchinos. Tomó el nombre de Lorenzo cuando se hizo franciscano capuchino a la edad de 16. Después de su ordenación, el 18 de diciembre 1582, San Lorenzo llega a ser un predicador muy popular y muchos le tenían gran admiración debido a la poderosa fuerza que le imprimía en sus homilías. Como el podía hablar en hebreo, esto le sirvió para trabajar en la conversión de los Judios que vivían en Roma. Fundador, misionero y guerrero En el año de 1596, se convirtió en superior de su orden y cinco años más tarde fue enviado a Alemania con el Beato Benito de Urbino para llevar la Palabra de Dios en sus predicaciones. Allí fundaron varios conventos, y luegos fundaron muchos más en toda Europa. San Lorenzo también colaboró convenciendo a muchos a alistarse en el ejército para luchar contra los turcos en Hungría, donde ganó una batalla contra ellos de forma milagrosa. Él condujo a los soldados a la batalla con solamente un crucifijo para protegerse. En 1602, San Lorenzo se convirtió en el maestro general de su orden. Trabajó, predicó y escribió muchas interpretaciones y difundió la Buena Nueva. Él continuó su tarea de misionero por la paz en muchos lugares importantes como Munich, Alemania, y en Madrid, España. Los gobernantes de esos lugares lo escuchaban y quedaban completamente admirados y convencidos de sus palabras. Sus misiones allí fueron un éxito total. Su muerte San Lorenzo sentía la cercanía de su muerte, el comenzó a sentir un gran debilitamiento en su cuerpo debido a los duros viajes de las misiones que emprendía y por todo el estrés de sus tareas. Su cuerpo se enfermó grávemente. Murió el mismo día de su cumpleaños, el 22 de julio, en 1619. Fue proclamado santo por el Papa León XIII en 1881. Él fue honrado como "Doctor de la Iglesia" por el Papa Juan XXIII en 1959. San Lorenzo fue el primero de los Capuchinos en ser honrado como un Doctor de la Iglesia. Al igual que su padre espiritual, San Francisco de Asís, tuvo una ardiente devoción a la Inmaculada Madre de Dios. Fue el primero en escribir sobre todos los aspectos de la teología que se refieren a la Santísima Virgen. En la práctica de las virtudes religiosas de San Lorenzo es igual a los más grandes santos. Tenía el don de la contemplación y la frecuencia cayó en éxtasis cuando se celebró la Santa Misa. Tenía una gran devoción era el Rosario y la Oficina de la Santísima Virgen. Sus obras escritas incluyen algunas piezas polémicas contra los luteranos y un comentario sobre el Génesis, pero sus principales aportaciones se encuentran en los nueve volúmenes de sus sermones. "Dios es amor, y todas sus operaciones procede del amor. Una vez que Él quiso manifestar esa bondad de compartir su amor fuera de sí mismo, entonces la Encarnación se convierte en la manifestación suprema de su bondad, su amor y su gloria. Por lo tanto, Cristo estaba destinado, antes de todos los demás criaturas y por su propio bien. Por Él todas las cosas fueron creadas y con él todas las cosas deben estar sujetas, y Dios ama a todas las criaturas a causa de Cristo... Cristo es el primogénito de toda criatura, y el conjunto de la humanidad, así como el mundo creado encuentra su fundamento y significado en Él. Además, este habría sido el caso incluso si Adán no hubiese pecado ". (San Lorenzo de Brindisi, Doctor de la Iglesia Universal, Conferencia para la Educación de los Capuchinos, Washington, DC)