David Teniers, Monos en una bodega (h.1660), Museo del Prado, Madrid.
Después de un merecido descanso estival, volvemos a la carga con una serie de cuadritos pintados por David Teniers a mediados del siglo XVII. Me topé con ellos el pasado mes de junio en una exposición temporal anticrisis del Museo del Prado que, para ahorrarse dinero, rescató de sus almacenes unas cuantas obras que no suelen estar expuestas al público y cambió de sitio muchas otras que siempre están en sus salas: La belleza encerrada. ¿Merece la pena? Pues no sabría deciros...
Entre otras cosas, me llamaron la atención estos seis óleos sobre cobre, del tamaño aproximado de un folio cada uno, en los que Teniers hace una dura crítica a la "inteligencia" humana comparándonos con nuestros parientes más allegados, los simios.
En dos de los cuadros, los micos se pegan la vida padre en la taberna, bebiendo, fumando y jugando a las cartas. Los protagonistas van correctamente vestidos con bandas, lazos, sombreros, plumas y espadas, pero están embrutecidos a más no poder, atrapados por sus vicios y con su capacidad de discernimiento bajo mínimos. Lo único que les distingue de nosotros es que tienen algo más de pelo.
David Teniers, Monos fumadores y bebedores (h.1660), Museo del Prado, Madrid
También perdemos el norte en los banquetes, donde únicamente nos preocupa llenar la panza. En el interior de esta cocina, los monos se están poniendo morados de pollos, ostras, pasteles, empanadas, vino y algo de fruta, para desengrasar. Como toquecito irónico, en la pared de la izquierda está clavado el dibujo de una lechuza, símbolo de la sabiduría, que aparece también en una de las escenas de taberna.
David Teniers, Banquete de monos (h.1660), Museo del Prado, Madrid
¿Pero cómo va a ser civilizada una población con escuelas como ésta? Aulas en las que el profesor y los alumnos son igual de bestias y donde se respeta a raja tabla el venerable precepto de "la letra con sangre entra". A excepción de los palos, la cosa no ha cambiado mucho; sigue siendo una escena de plena actualidad que convendría enviar al ministro de cultura.
David Teniers, Monos en la escuela (h.1660), Museo del Prado, Madrid
¡Y es que ni siquiera las artes nos humanizan! En estas dos escenas, el mecenas de turno visita los talleres de un pintor y un escultor a los que ha encargado alguna obra. Los artistas son a su vez simios ilustrados que poseen colecciones de arte que no les sirven de gran cosa: es arte de monos para monos. Una visión de la sociedad de lo más deprimente.
David Teniers, El mono pintor (h.1660), Museo del Prado, Madrid
David Teniers, El mono escultor (h.1660), Museo del Prado, Madrid
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3. Mihail Sebastian - Orasul cu salcimi
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6. Liviu Rebreanu - Ion
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11. George Calinescu Cartea nuntii 12. Cella Serghi Pe firul de paianjen…
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