Ostia, el gran puerto de Roma

Fue durante muchos siglos el principal puerto de Roma, la ciudad eterna, y tuvo una enorme importancia comercial lo que le hizo convertirse en una de las ciudades romanas más importantes.

El nombre de Ostia (Ostium) significa desembocadura, llamado así por su cercanía a la del río Tíber. Era un campamento militar ya en el siglo IV a.C. y tuvo una gran importancia como puerto naval durante las guerras púnicas, albergando unas 30 naves de batalla de manera estable. Pero fue en el siglo I a.C., en la época de Sila, cuando comenzó a transformarse en un puerto comercial.

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Vista del puerto de ostia y su comunicación con el río Tíber mediante canales.

Durante el comienzo del Imperio, con Augusto, la ciudad tuvo una gran renovación y una gran cantidad de tiendas (tabernae) donde se podía comprar casi cualquier cosa.

Trajano mandó construir una increíble ampliación del puerto (año 100 d.C.), con un puerto en forma hexagonal que ampliaba el defectuoso puerto exterior construido en la época de Claudioy que acumulaba arena dificultando la navegabilidad de los barcos. Esta mejora permitió que muchos barcos provenientes de oriente pudiesen llegar a la desembocadura del Tíber, como los mercantes de Egipto, que traían 150.000 toneladas de grano al año.

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El curioso puerto de Trajano, de forma hexagonal, en la actualidad.

Sucesivas ampliaciones, las más importantes por Adriano y Antonino Pio, dotaron a la ciudad de su máxima expresión llegando a tener 50.000 habitantes.

A finales del siglo II d.C., con los emperadores Severos, llegó el estancamiento de la ciudad que nunca llegaría a tener la importancia del pasado. Desde el siglo III cambió el rol y pasó de ser una importante ciudad comercial a un centro administrativo, donde las grandes fortunas tenían su residencia a todo lujo. Las tiendas dieron paso a las mansiones de la aristocracia.

Cuando cayó el Imperio, Ostia se había convertido en una ciudad sin ninguna importancia.