Lo sé. Es una osadía manejar conceptos absolutos como verdad o mentira en un titular para definir casi cualquier cosa, pero a golpe de experiencia he aprendido que el mundo (de acuerdo, sólo a veces y por eso me voy a arriesgar) es de los valientes.
El libro “Sombras y luces de la Edad Media”, del historiador Jean Verdon se abre con un capítulo que desmonta algunos de los mitos inciertos que se han creado en torno a la Edad Media y que se siguieron alimentando durante siglos. Por ejemplo, la oscura Edad Media es solapada por la luz del Renacimiento. Ni una, ni otra.
Ni siquiera el término Edad Media es del todo adecuado, a no ser que considerásemos “edades medias” a todas las que se sitúan entre otras épocas. Fue Christophe Keller quien en 1688 se inventa el nombre, al publicar un libro titulado “Historia de la Edad Media desde el tiempo de Constantino El Grande hasta la toma de Constantinopla por los turcos”, un título impensable en la era de Twitter y que, sin embargo, supuso el bautismo de un larguísimo periodo acotado así por sentido práctico. ¿Cuál sería el nombre apropiado?
| Medieval Fragments |
Verdon considera que la Edad Media no es una unidad y que sólo puede aplicarse a Europa Occidental. La cultura antigua no desapareció una mañana concreta del siglo V, ni los estados nacieron de repente en el siglo XVI. En otro artículo de Iconos Medievales dedicado a Jacques Le Goff se recordaba que el historiador francés no da por concluida la época medieval hasta que no se manifiestan las primeras revueltas industriales en Inglaterra, lejos de finiquitarla con la llegada de las naves españolas a una América aquí desconocida.
Aunque la Edad Media registra aspectos condenables y era una época en la que no se vivía demasiado bien, Verdon sostiene que no es un periodo retrógrado, no al menos categóricamente. Me echo a temblar si aplico el mismo criterio en el juego de elucubrar lo que podrán escribir de nuestras décadas los historiadores del futuro: la implacable guerra en Siria, la hambruna crónica de el cuerno de África, las violaciones de derechos humanos, el agua desperdiciada y sucia mientras medio mundo se seca. Podría seguir pero no es necesario.
| Del blog io9 |
Los matrimonios de las clases adineradas eran contratos económicos. Jeanne de Boulogne, núbil, fue vendida por su tutor Gaston III Phébus al Duque de Berry (sí, el causante de "Las muy ricas horas del Duque de Berry"), que ya había cumplido los 50 soles. Esto sucedió en 1389 pero hay estadísticas que revelan que los matrimonios forzados siguen vigentes en el siglo XXI.
Pentru a putea adăuga comentarii trebuie să fii membru al altmarius !
Alătură-te reţelei altmarius